El laberinto de los tópicos

Algún ejemplo de "ignis amoris" en Quevedo

Si algo abrasa realmente es la lava ardiente de un volcán. Y en este soneto Quevedo compara las propiedades de su amor con el Etna.

Ostentas, de prodigios coronado,
sepulcro fulminante, monte aleve,
las hazañas del fuego y de la nieve,
y el incendio en los yelos hospedado.


Arde el invierno en llamas erizado,
y el fuego lluvias, y granizos bebe;
truena, si gimes; si respiras, llueve
en cenizas tu cuerpo derramado.

Si yo no fuera a tanto mal nacido,
no tuvieras, ¡oh Etna!, semejante:
fueras hermoso monstruo sin segundo.

Mas como en alta nieve ardo encendido,
soy Encéfalo vivo y Etna amante,
y ardiente imitación de ti en el mundo

Y en este otro soneto, se vale de la antítesis al cantar el fuego de su amor:

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo,
enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, éste es tu abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!


http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/56814065433458339865679/p0000001.htm#I_48_ 
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/56814065433458339865679/p0000001.htm#I_14_

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