Propercio y Cintia en Tívoli, Auguste Jean Baptiste Vinchon
En la elegía latina tienen su origen muchos tópicos literarios.
Originariamente, el género elegíaco se definía por el metro utilizado en las composiciones: el dístico elegíaco, un hexámetro y un pentámetro.
La temática solía ser amorosa.
Así, Cornelio Galo le cantó a su amada Licoris, Tibulo a Delia, Propercio a Cintia y Ovidio a Corina.
A partir de las últimas obras de Ovidio pasa a tener el género una temática centrada en el duelo y el lamento.
Propercio, en el siglo I a. C., fue uno de los grandes poetas elegíacos romanos.
En su obra podemos leer versos en los que afirma profesar por Cintia un amor que durará siempre o que, incluso, llegará más allá de la muerte.
Veamos algunos ejemplos:
multi longinquo periere in amore libenter,
in quorum numero me quoque terra tegat.
Elegías, Libro I, VI
Muchos perecieron con agrado en un largo amor,
en el número de los cuales la tierra también me cubra.
mi neque amare aliam neque ab hac desistere fas est:
Cynthia prima fuit, Cynthia finis erit.
Elegías, Libro I,XII
A mí no me es posible amar a otra o desistir de esta;
Cintia fue la primera, Cintia será la última
quare, dum licet, inter nos laetemur amantes:
non satis est ullo tempore longus amor.
Elegías, Libro I,XIX
Por eso, mientras nos sea permitido,
juntos gocemos como amantes:
un amor nunca es demasiado largo
Y en esta última cita, ya Propercio afirma que un amor puede ser más fuerte que la muerte y saltarse, entonces, sus leyes.
Promete a Cintia que, en el mundo de los muertos, será él llamado espectro de la propiedad de Cintia, seguirá amándola y perteneciéndole después de muerto.
illic quidquid ero, semper tua dicar imago:
traicit et fati litora magnus amor.
Elegías, Libro I, XIX
Allá, sea yo lo que fuere, siempre seré llamado tu espectro:
un amor grande cruza incluso las riberas del hado.
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