Quand vous serez bien vieille, au soir, à la chandelle,
Assise auprès du feu, dévidant et filant,
Direz, chantant mes vers, en vous émerveillant :
« Ronsard me célébrait du temps que j’étais belle ! »
Lors, vous n’aurez servante oyant telle nouvelle,
Déjà sous le labeur à demi sommeillant,
Qui au bruit de Ronsard ne s’aille réveillant,
Bénissant votre nom de louange immortelle.
Je serais sous la terre, et, fantôme sans os,
Par les ombres myrteux je prendrai mon repos ;
Vous serez au foyer une vieille accroupie,
Regrettant mon amour et votre fier dédain.
Vivez, si m’en croyez, n’attendez à demain
Cueillez dès aujourd’hui les roses de la vie
Cuando seas muy vieja, a la luz de una vela y al amor de la lumbre, devanando e hilando cantarás estos versos y dirás deslumbrada: "me los hizo Ronsard cuando yo era más bella".
No habrá entonces sirvienta que al oír tus palabras, aunque ya doblegada por el peso del sueño, cuando suene mi nombre la cabeza no yerga y bendiga tu nombre, inmortal por la gloria.
Yo seré bajo tierra descarnado fantasma y a la sombra de mirtos tendré ya mi reposo, para entonces serás una vieja encorvada añorando mi amor, tus desdenes llorando.
Vive ahora, no aguardes a que llegue el mañana! Coge hoy mismo las rosas que te ofrece la vida.
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